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“No sólo un administrador de empresas puede ser formador en emprendimiento, porque el emprendimiento es una mentalidad”: Nerma Albertorio

Foto: Nerma Albertorio Barnés

La Uniautónoma del Cauca destaca también por los personajes que invita. En esta ocasión recordaremos a la profesora puertorriqueña Nerma Albertorio Barnés, que estuvo de paso por nuestra institución para dictar una conferencia sobre cómo emprender desde el salón de clases.

Administradora de empresas con especialización en Marketing de la Universidad de Puerto Rico (Recinto de Mayagüez), máster en Administración de Organizaciones sin Fines de Lucro de la Universidad del Sagrado Corazón y una certificación en la Gestión de la Comunicación del Foro Europeo en España, Nerma es coach profesional con una certificación en instrucción de empresarismo de Babson College e instructora del Programa "Ice House Entrepreneurship Program" de Kauffman Foundation, hace parte de la Junta Asesora del movimiento Echar Pa' lante, es fundadora de Servicios A Tiempo y cofundadora del Centro para Emprendedores en San Juan.

“Quiero desarrollar una mentalidad ganadora. En mi país hay un gran problema porque las ayudas sociales promovieron que la gente no trabajara y ahora el 60% de Puerto Rico no produce y tampoco somos competitivos”, dice la profesora, enfatizando la necesidad de un cambio de mentalidad: “se le debe recordar a la gente el valor del trabajo y que no se debe ser conformista. Como me rodeo de gente que está detrás de las ideas de negocios, he aprendido que además de trabajar con oportunidades las personas deben explotar sus destrezas”.

Según ella el desarrollo económico de un país se genera desde el tercer sector -una parte de la economía compuesto fundamentalmente por entidades sin ánimo de lucro- y desde su perspectiva de negocios este dato es muy importante, porque trabaja por el desarrollo de los emprendedores aparte de adelantar labores ligadas al acceso financiero: “no soy de las que espera las oportunidades, las creo y le doy alas a mis ideas; hay que salir de la zona de confort porque se estudia para tener un buen trabajo, que te permita la calidad de vida que quieres, no en una labor que no te gusta, con un salario mínimo y pocas oportunidades de crecimiento, donde -aunque trabajas bien- todos se posicionan menos tú. Así no debe ser ¿por qué dejar tus asuntos en manos de otras personas si tienes conocimientos, el talento y las ideas?  Pero eso no te lo enseñan, no es que en los libros te digan cómo accionar tus ideas o crear tu estilo. Yo me he estrellado al menos tres veces, pero comprendo que los emprendimientos son procesos”.

Al preguntarle sobre el emprendimiento en Puerto Rico reconoce que están en un proceso de transformación, porque la crisis económica mundial ha sacudido sus antiguas estructuras económicas y de negocios: “la actualidad política y económica de la isla y nuestros vecinos es otra, entonces las personas deben aprender que las oportunidades están en sus manos, independientemente de la crisis de los gobiernos. Y no deben esperar que el gobierno les proteja, porque no hay recursos para ello”, asegura la boricua, anotando que el Gobierno puertorriqueño era muy paternalista y a los que no trabajaban les daban ayudas sustanciales: “muchos se acostumbraron a no hacer algo y las ayudas temporales se convirtieron en beneficios que pasaron de generación en generación, y un país no puede crecer de esa forma; la nueva generación de emprendedores deben ver el mundo como una oportunidad, pero este cambio de mentalidad radica en la educación y se les debe educar para que los territorios sean productivos… el emprendimiento en una mentalidad, no sólo un profesor de administración de empresas puede ser formador en emprendimiento, no todos los emprendedores son empresarios y todos los empresarios no son emprendedores”.

La profesora apunta que hasta hace pocos años el emprendimiento en Latinoamérica no tenía mucha fuerza y que la gente estudiaba para trabajar en una empresa. Que en Puerto Rico se preparaban para trabajar en el Gobierno o con la industria farmacéutica, los empleadores más grandes, pero ahora hay un montón de gente que no tiene trabajo “y no porque la educación no funcione sino porque hay que cambiar el uso que le das a tu educación y el enfoque que das a tus ideas”, dice. Nerma piensa que colombianos y puertorriqueños son muy parecidos y no están tan ‘americanizados’ como parece: “para mí es importante conectarme con lo que pasa en Latinoamérica, en Colombia, ya que hablamos en español, somos caribeños y traemos con nosotros todo lo que ello implica. Debemos acercarnos, compartir y trabajar en conjunto, pues como naciones hemos aprendido muchas lecciones y se hace importante apoyarnos y crear oportunidades donde todas las partes ganen”.

Afirma que -para ser emprendedores- a los latinoamericanos les falta creer en sí mismos: “estamos como estamos porque necesitamos a otro para que nos empuje. Hay que darle valor a nuestras cosas, por eso trabajo con el individuo, para que entienda que lo que hace es valeroso, le enseñe eso a su familia y empiece la transformación de su comunidad. Es un asunto de mentalidad y de autoestima, para demostrar respeto a lo que la gente hace… al respecto vengo trabajando con una entidad llamada Boys & Girls Club en un proyecto sobre el manejo de riesgos, para jóvenes entre los 6 y los 20 años, que se dicta después de clases hasta las 8:00 p.m. Creamos allí el pilar del emprendimiento, con la idea de formar una nueva generación de niños con otro marco de referencia relacionado a lo que pueden hacer, identificando las problemáticas de su comunidad para que sean actores de la solución; es un emprendimiento social, pero a la vez se les guía para que sus proyectos sean rentables, para que trabaje con sus destrezas y lo que tiene alrededor, para que adquiera habilidades en gerencia, eficiencia y administración”.

Para finalizar, Nerma insiste en que los latinos no son corruptos por naturaleza y que, los que lo son, no son tantos: “los que más roban están en los gobiernos, apenas un puñado de gente que tiene acceso a los recursos, pero a ellos no los conocemos. En cambio hay personas muy buenas, que han dejado huella en sus comunidades porque se han dado cuenta que el desarrollo del país no debe ser una agenda del Gobierno sino de sus ciudadanos organizados… a los políticos los cambian cada tantos años, pero los ciudadanos deben disponer de esa agenda de desarrollo, establecer para dónde se va y qué se va a hacer, sino estarán cuatro años para delante y otros tres y medio para atrás”, remata.

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