"Las personas con discapacidad deben ser decididas, plantear el cambio y hacer la diferencia"
La docente mexicana Zerdel Jacobo trabaja en la Unidad de Investigación Interdisciplinaria -adscrita a la Facultad de Estudios Superiores Iztacala- de la Universidad Nacional Autónoma de México. A la Uniautónoma del Cauca vino a hablar de sus experiencias en educación especial y, sobre todo, a contar qué está haciendo en su nuevo proyecto de investigación sobre Integración e Inclusión Educativa.
Zerdel presume de sus diplomados sobre Arte y Modernidad, pero su recorrido académico es envidiable: estudió Sicología de Origen en la Universidad Iberoamericana, es especialista en Ciencias de la Educación del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, Cinvestav. Es Máster en Teoría Psicoanalítica y PhD. en Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
Sobre su labor docente dice deberle todo a la UNAM, pues siempre obtuvo estímulos y observó esfuerzos de sus docentes para que ella -como estudiante- mantuviera actualizada. Además, apenas se hizo profesional tuvo la oportunidad de dictar clases en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (entidad que al recibir licencia para expedir doctorados se convirtió en Facultad de Estudios Superiores Iztacala).
“En algún momento se quiso cambiar un currículo y noté no saber tanto, pues lo que se estaba formando se basaba en perspectivas que no tenían en cuenta todas las consecuencias prácticas y teóricas de cómo desarrollar un proceso curricular. Entonces hice la maestría para saber de verdad qué es la Educación; encontré enfoques diferentes desde ópticas diversas y reconozco que es la mejor educación que he tenido”, dice la profesora, recordando que se empezó a interesar en enfoques sociales antropológicos a partir de ámbitos relacionados con Educación y Subjetividad: “un profesor argentino nos introdujo al sicoanálisis Lacaniano, con una concepción muy diferente al que suele verse en México, que estudia la constitución del sujeto desde la subjetividad. Me apasionó”.
A partir de ese momento tuvo la inquietud de investigar cómo se había construido el concepto de ‘discapacidad’, cómo los sujetos son afectados por la cultura y la sociedad en la que viven y de qué manera las personas nos constituimos a partir de las relaciones y el registro simbólico: “el sicoanálisis me permitió comprender la constitución del sujeto desde una perspectiva más compleja, que implica el orden de lo social con la historia y la subjetividad fundamentada desde un sujeto en conflicto, porque hay un orden del inconsciente, un saber de lo que el sujeto no sabe aunque sabe, y este saber actúa en el sujeto. Entonces este no es el sujeto de la sicología clásica, del hombre cognoscente, decidido y seguro de lo que quiere, sino que es un sujeto problematizado, sufriente, e inclusive -como el fundamento es el deseo y este hace parte del orden del inconsciente- el deseo lo hace movilizar hacia a alguna parte”.
La profesora contó que en la universidad tuvo un compañero ciego y fue él quien le enseñó que la ceguera no es una discapacidad: “me dijo “no te confundas, no soy un tarado, no puedo ver pero eso no me quita nada”, y me empecé a asombrar por sus formas de posicionarse en el mundo. Incluso fue contratado por la UNAM para que trabajara con invidentes en el programa de Educación Especial y Rehabilitación. Estudiar me hizo comprender cómo el orden social imprime y constituye un conjunto de representaciones sociales y de historia familiar: cuando se está esperando a un hijo -hasta en los sueños-, el sujeto vendrá a través de las representaciones de los padres y lo que la cultura dispone para ellos”, asegura.
Por lo que aprendía todos los días de las teorías sociales, la antropología, la lingüística y el psicoanálisis, Zerdel sintió que la construcción subjetiva siempre estaba presente estaba en su trabajo, pues su inquietud intelectual giraba en torno a que la discapacidad era un problema de una Modernidad que no da lugar a sujetos que habían sido constituidos desde la normalidad: “me quedaba claro que la ‘anormalidad’ es fruto de un contexto histórico particular y que en México, con toda una historia de etnias y civilizaciones de gran envergadura, tenían un visión de mundo donde la discapacidad no existía como tal. Entonces se puede afirmar que todas las culturas generan diferencias, pero lo verdaderamente importante es ver cómo históricamente las han valorado y qué lugar ocupan acordes a la visión de mundo de las épocas”.
Según ella, los museos mexicanos evidencian que en algunas etnias y culturas lo que ahora denominamos ‘discapacitado’ eran semidioses o enviados por dioses, es decir que no entendían de la diferencia porque no contradecían a sus deidades: “hay mitos hermosos alrededor de este asunto, y si las culturas han generado su propia visión de mundo se debe investigar cómo se gesta y constituye el concepto de discapacidad en un contexto de Modernidad. Así que son tres siglos que deben constituirse”, afirma, anotando que también se ha interesado por investigar cómo los contextos donde la ‘normalidad’ o ‘anormalidad’ fueron confundidos en la historia con idiocia, retardo o retraso mental, invalidez y otra serie de términos hasta llegar al ‘dis’.
Actualmente, en la investigación de Zerdel aparecen tres premisas: a) el concepto ‘Discapacidad’ es un constructo social y por eso lo podemos cambiar, b) al hacer una reconstrucción histórica se podrá comprender este presente donde se discrimina y/o excluye y c) hay una variabilidad en las formas como los sujetos responden frente al impacto de lo que la sociedad plantea: “es notable el juego de resistencias opuestas en relación a los saberes legitimados, por lo que estoy investigando sobre ‘el paradigma de diversidad, integración e inclusión’, temáticas que se deben desmenuzar para ver si sus propuestas van a descolocar al sujeto para posicionarlo como alguien digno y con derechos”.
Como ama lo que hace a veces se siente presionada en su trabajo. Y no lo niega: “pensar, investigar e interpretar prácticas en un juego de contradicciones no es fácil pero sí que es apasionante, sobre todo porque recupero los grupos y las voces, para mí de un valor increíble, y estoy maravillada porque ahora las personas están resistiéndose a que las ubiquen ‘con discapacidad’, es más, empieza a haber un abordaje desde el derecho a la diferencia, por la alteridad y por el emplazamiento que tenemos todos por nuestra propia diferencia; a veces queremos saber todo de nosotros y de los demás, y en ese juego de relaciones se abren movilizaciones y dinámicas dialécticas en las que ves transformaciones, regresiones y todo lo que ha ido constituyendo esas nuevas formas, entonces sigo apasionada por entender esas formas de subjetivación”.
En la actualidad la profesora trabaja con personas sordas y de la comunidad CODA (hijos oyentes de padres sordos) haciendo un análisis de lo que narran. Piensa que aunque no tengan nervio auditivo, los sordos tienen una identidad formada desde los sucesos que recuerdan y los han ‘tocado’ y recuerdan: “no saben por ellos mismos que son sordos, el dato viene del exterior y eso hace que serlo sea algo complicado. A veces la identidad ha sido asumida y entonces tienen el testimonio de cómo conocieron su sordera. Yo he aprendido que ser sordo no significa que no oigas, incluso varios investigadores plantean que hay diversas identidades en la sordera, así como hay diferentes identidades de oyentes. Algunos sordos, a pesar de su condición, se identifican como una comunidad de oyentes”.
Para concluir, la profesora Zerdel Jacobo sostiene que la discapacidad es una resultante cuando se interrumpen las posibilidades de los sujetos para construir relaciones, armarse en ellas y representar su mundo en una variabilidad, en una multiplicidad de imágenes y símbolos. Las comunidades deben hacer frente a las personas con discapacidad. Las asociaciones de profesionales y padres de familias deben movilizarse, porque se requiere presupuesto y en todo el mundo existe el discurso de la inclusión pero las prácticas son nulas. Hay que hacerlo de forma decidida, acompañada por personas con discapacidad dispuestos a plantear el cambio y a hacer la diferencia para que la fuerza sea colectiva”.