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¡La academia frente a la corrupción!

Foto: Álvaro Orlando Grijalba Gómez

La academia como ente formador de la estructura intelectual de los profesionales en todos los niveles de la educación, del Derecho, las ciencias exactas, biológicas, la medicina, las ingenierías, la administración de empresas, la economía, las Ciencia Políticas etc., debe constituirse, ante el fenómeno mundial de la descomposición social, en constructora de profesionales capaces de enfrentar con decisión la corrupción, cualquiera sea el ámbito de su desempeño profesional.

La corrupción ha permeado todo el ordenamiento constitucional de los estados sociales de derecho, las democracias, las dictaduras, las monarquías, carcomiendo los pilares que sustentan la organización jurídica, administrativa y política del Estado y haciéndole perder credibilidad a sus instituciones.

Los vergonzosos, deshonrosos e infamantes hechos de corrupción que vienen escandalizando al país, que producen no solo sorpresa sino rabia y repudio total, como el alud de los sobornos de Odebrecht, que ha bañado con su marejada de corrupción a las más altas esferas del gobierno colombiano y otros muchos países, corrompiendo campañas políticas, funcionarios de todo orden, parlamentarios, ñoños, fiscales, magistrados, contratistas.

El caso de los tres magistrados de la Corte Suprema de Justicia dos de ellos ex presidentes de esa, la más alta corporación jerárquica de la justicia colombiana, que nos indica que hemos llegado al más increíble y abominable grado de corrupción, cuando quienes deben ser ejemplo de moralidad, ética e incorruptibilidad, negocian los fallos y el manejo de los procesos de corrupción que se ventilan en sus despachos, pidiendo y exigiendo miles de millones de pesos o dólares, por acomodarlos a las pretensiones de los corruptos a quienes venden su conciencia.

Son el peor de los ejemplos para nuestros estudiantes, a quienes siempre desde las aulas universitarias les inculcamos los valores morales que deben tener, por ejemplo, para ejercer la profesión del Derecho, a través de la cual podrán llegar a ser jueces, fiscales, magistrados, miembros de la rama jurisdiccional, de las altas cortes, donde tendrán el deber moral y ético de impartir justicia por mandato de Ley y en nombre de la República de Colombia.

Estas nuevas generaciones de estudiantes y profesionales en todas las ramas de las ciencias, tendrán el deber de ejercer sus profesiones con lealtad al juramento que hacen al graduarse, para que un país, hoy carcomido por la corrupción, vuelva a recobrar su dignidad y sus máximos valores de ética, moralidad, honestidad y transparencia en el ejercicio de las profesiones, que naufragan en un pestilente mar de descomposición.

Cuando los dineros de la salud, de la educación, de los restaurantes escolares, de la infraestructura básica para el mejoramiento de la calidad de vida de un pueblo lleno de necesidades como el nuestro, se los roban los roedores del erario público sin ningún reato, y no hay justicia que opere para castigar a estos bandidos, porque esta también está viciada, que podemos esperar?

Creemos que parte de la solución está en las aulas universitarias, en la Academia comprometida en la lucha contra la corrupción, en la que se inculque a los estudiantes una nueva cultura de transparencia, honestidad y  moralidad, para responder a las responsabilidades que la democracia les delegues, pues el sistema democrático debe luchar contra la corrupción, porque la corrupción no solamente es un delito sino un sistema de poder alternativo al sistema democrático de poder, que puede destruir la democracia misma.

Infortunadamente la clase dominante y sustentadora del poder ha tomado al Estado como un botín, susceptible de saquearse, para compensar y pagar inversiones indebidas de campañas electorales o por la propia personalización de sus intereses y la ambición de enriquecimiento fácil e ilícito, con los dineros de la inversión social del pueblo colombiano.

¡El compromiso ético, jurídico y político de todos, debe ser con la verdad y la justicia, y la lucha contra la corrupción!

Columna domingo 27 de agosto 2017 - El Nuevo Liberal
Por: Álvaro Orlando Grijalba Gómez
Decano de la Facultad de Derecho Ciencias Sociales y Políticas de la Uniautónoma del Cauca.
 

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