"Hay conciencia colectiva sobre la protección del ambiente, pero se usan indiscriminadamente plásticos y no biodegradables", Iván Rosero, reciclador.

Foto: Iván Mauricio Rosero, miembro de la Asociación Nacional de Recicladores, y sus compañeros recicladores.
El reciclador Iván Mauricio Rosero fue uno de los ponentes más importantes del "Encuentro de Experiencias en Educación Ambiental 2017" realizado el pasado 14 de noviembre en el auditorio La Quimera por la Mesa de Educación Ambiental del Acuerdo de Voluntades por la Conservación de la Subcuenca del rio Molino, del cual la Facultad de Ciencias Ambientales y Desarrollo Sostenibles de la Uniautónoma del Cauca hace parte.
Este bogotano agradeció el espacio y recordó que el problema de las basuras es de todos y una cuestión de perspectiva, pues el desperdicio es síntoma de una sociedad que contamina, consume, ensucia y destruye indiscriminadamente, y mientras unos ven basuras los recicladores ven oportunidades de desarrollo y dignificación.
Iván es miembro de la Asociación Nacional de Recicladores, de la Asociación de Recicladores de Bogotá y de la Asociación de Recicladores Los Goleros. Fue invitado a Popayán porque desde hace casi 20 años participa en procesos sociales y laborales que se han venido implementando con sus compañeros y porque, según él, es un digno representante de toda una filosofía de vida, de entrega y de vocación que los recicladores han construido, fruto de su experiencia vivida, de las ganas de servir y de aportar a la sociedad y al planeta: “Mi vocación es, en esencia, la coherencia entre lo que pienso, lo que digo y lo que siento; lo que me motiva a exponer los actos de vida que los recicladores experimentan en su labor y lo que aman. Hay una frase muy famosa entre los goleros que dice “el que más sirve más manda”, y he tenido el honor de ser su representante en el Cauca porque mi mayor deseo ha sido siempre tener las fuerzas para seguirles ayudando”.
Mientras mostraba al público una botella plástica Iván denunciaba que ahora hay conciencia colectiva sobre la protección del medio ambiente pero se usan indiscriminadamente pitillos, bolsas plásticas y un sinnúmero de platos y cubiertos desechables. Y todos escucharon concentrados, como si un especialista extranjero les estuviera contando de un nuevo descubrimiento, porque cuando se expresa parece un catedrático prestigioso y cuando se presenta como reciclador quedan confundidos: “Se han creado paradigmas erróneos y olvidan que desde la humildad y el saber hacer también creamos conocimientos, mal llamados ‘empíricos’, por eso es posible encontrar en una plaza de Mercado a señoras que venden hierbas y saben muchísimo más sobre curar un cuerpo enfermo que un médico. Lo importante es preguntarse dónde está el ego, porque el lenguaje de los recicladores de oficio no está relacionado con el lenguaje de los libros pero ellos son capaces de comprender la mayoría de lo que encuentra allí; tendrían que re contextualizar su experiencia con lo que aprendan en la academia, pero llevan años trabajando con residuos de todo tipo imaginable y muchos quieren ser ejemplo, y seguir aprendiendo para forjarse un pensamiento estructurado y formas para comunicarse en otros ámbitos”, afirma.
Iván Mauricio asegura que cuando se asumen roles de Liderazgo se debe aprender a comunicar de una manera más formal pero sin cambiar la esencia, y menos olvidar de dónde se viene: “Me confunden con un profesor y en verdad soy un reciclador y un ex habitante de la calle, que no desmerece nada porque es igual al que ejerce otro oficio honestamente. El público es inteligente y percibe el apasionamiento que tengo por mi trabajo, notan especialmente la coherencia entre lo que les digo y lo que están aprendiendo en las facultades, y recuerdan que su mundo profesional está relacionado con personas como yo, recicladores muy humildes y dignos que han sido capaces de cambiar la historia de los servicios públicos y la recolección de basura en Colombia”.
Al evento asistieron algunos directivos de entidades relacionadas con la gestión ambiental, que se llevaron el mensaje valioso de apostar por las personas por quienes muchos no dan nada y generan desconfianza apenas por paradigmas sociales y económicos. Sólo en Bogotá hay 23.000 recicladores que no aparecen en la lista de desempleados del país pero con su trabajo generan procesos de microeconomía y desarrollo, metiendo sus manos en los residuos que disponen los demás para ganarse $10.000 ó $15.000 al día, sin ningún beneficio social o de salud, de cesantías o primas, pensiones, vacaciones o dotación, y menos algún subsidio.
“Sí es un buen negocio para los empresarios que reciben miles y miles de toneladas de residuos aprovechados, sacados de las canecas y limpios; el reciclador es el que paga el precio más alto de vida y de dignidad humana, por ello la Asociación Nacional de Recicladores y todos los recicladores de Colombia han logrado implementar el esquema de aprovechamiento como un servicio público qué se debe pagar a través de tarifas públicas (Decreto 596 de 2016), así el reciclador gana dinero por el material que vende y a la vez por el porcentaje de toneladas aprovechadas, porque es el que de verdad genera desarrollo social y humano con impactos netamente ambientales”, comenta Iván.
Al igual que en la capital del país, en la Ciudad Blanca la Asociación de Recolectores de Materiales Reciclables de Popayán está bien organizada, tanto que es modelo a nivel nacional. Allí hay recicladores con más de 35 años de experiencia, que trabajan el esquema de aprovechamiento de orgánicos a nivel municipal con un impacto social muy fuerte, entonces todos esos procesos de empoderamiento y emprendimiento los está haciendo ver como mano de obra calificada y empresarios del reciclaje. Al respecto Iván dice que los recicladores están buscando tener la exclusividad del esquema de aprovechamiento en toda Colombia: “No estamos lejos, se necesita mayor reconocimiento y sensibilidad de las entidades gubernamentales pero mucho más de las personas del común, de los vecinos y ciudadanos, que cuando se relacionen con recicladores comprendan lo que éstos hacen y los respalden, para que el Estado cumpla con los acuerdos que amparan sus derechos. Ese fortalecimiento les ayudará a superarse y a seguir compitiendo con esas empresas extranjeras qué tienen mucho dinero y se quieren apropiar del negocio”.
Iván Mauricio termina esta entrevista anotando que existen procesos de resiliencia ambiental y humana -“esa capacidad que tienen los seres de impulsarse después de soportar una presión”- y que los recicladores tienen una resiliencia tan fuerte para ser capaces de salir de las calles y de situaciones extremas a nivel social: “el planeta también lo tiene pero ya no aguanta a los seres humanos, lo único que hacemos es destruir, después de aprovechar un ecosistema o hábitat lo matamos y abandonamos, como una plaga; duele mucho reconocerlo pero este modo de vida que vivimos es insostenible, así que mi mensaje es piense, reutilice y proteja... fíjese que hasta hace poco se podía ir a nadar a ríos y ahora muy pocos se pueden dar el lujo de bañarse en uno que no esté contaminado por las basuras que nosotros mismos le ponemos. Y qué tal Chernóbil! después de la tragedia que desplazó a los humanos se convirtió en un paraíso natural, repleto de animales y vegetación exuberante, de la misma manera el planeta seguiría sin nosotros, pero nosotros no somos capaces de seguir sin el planeta”.